Crónicas De Una Cárcel De Carne

Él miraba por la ventanilla del autobús, simulando una carrera con las gotas que recorrían en medio de la lluvia, y soñando despierto, absorto de su alrededor, lloró, la carrera pasó de estar en la ventanilla a estar en su rostro, que lágrima sería la que llegara antes al corazón, cual será el primer alfiler que punce esa tela, enhebrada con sólo un pequeño y terso hilo, normal que desborde, lloró y lloró, tantas carreras, tantas batallas, libradas en su ser con aspiraciones de verter conclusiones sobre tanta incógnita...