El diablo en la pared

En un recorrido que abarca casi seis décadas, el autor hace un críptico repaso poético a sus experiencias vitales desde la infancia a la madurez. Con un estilo surrealista plagado de enérgicas y enigmáticas imágenes, trata de introducirnos en su mundo interior a través de sus experiencias en algunas de las ciudades (Madrid, Salamanca, Sevilla, Almenares) que resultaron relevantes en su trayectoria personal y profesional. Este periplo está marcado por la imagen del “diablo en la pared”, es decir, por una sensación de destino fatídico e inalterable que, al final, solo queda dulcificado por una imprevisible catarsis, por una experiencia de resurrección a través del encuentro con su mujer Jana y el redescubrimiento de “lo llamado amor”.