Dejar ir es dejar llegar

En la vida de toda persona suceden cosas buenas y cosas malas. Las buenas suelen ser efímeras en el tiempo y acaban olvidándose, en cambio las malas perduran en nuestra mente durante un largo espacio de nuestra vida. Pero estar recordando continuamente lo nocivo de lo que nos rodea, sentirse culpable y no perdonarse a uno mismo por las cosas negativas que inevitablemente a todo ser humano le suceden a lo largo de su existencia, es el error más grave que un hombre o una mujer pueda llegar a cometer jamás. No desperdiciemos el tiempo pensando en que las cosas podrían haber sido diferentes. No vivamos sintiéndonos culpables por el pasado. El primer paso para el cambio es la conciencia, el segundo es la aceptación.